1 de julio de 2005

Batman Begins: Batman reinterpretado



Qué mejor para una primera crítica bloguera que esta película sobre los orígenes de Batman, ese icónico justiciero enmascarado salido de los comics y que ya había tenido varias versiones anteriores en la gran pantalla. En 1989 Tim Burton inició una saga cinematográfica sobre el hombre-murciélago que tuvo un éxito atronador, gracias, en parte a una potente campaña de marketing y a la sugerente imagen oscura del personaje.

El Batman de Burton tenía cualidades góticas y surrealistas, una visión deformante de la realidad en la que el rey era el desequilibrado Joker. El mismo Burton firmó una secuela que acentuaba esos derroteros pero luego dejó el barco, subiéndose posteriormente a él Joel Schumacher, que dio a la franquicia un aire tan erótico-festivo y banal que pareció que el grifo de adaptaciones al cine del héroe de DC se cerraría.

Pero hete aquí que en plena década del 2000 la Warner tiene todavía confianza en el potencial mercadotécnico de su franquicia y confía a Christopher Nolan la dirección de una nueva película sobre el personaje. La tarea no era fácil, porque el daño que los filmes de Schumacher habían hecho a la imagen de Batman parecía irreparable, al menos hasta que pasados unas décadas esas secuelas bastardas fueran erradicadas de la psique colectiva. Nolan decidió dejar a un lado las películas anteriores y mostrar a la audiencia una nueva reinterpretación del superhéroe.

¿Cómo y por qué nació Batman? Pues sus orígenes se remontan a 1939. Es importante esta fecha porque marca la perspectiva con la que Nolan y el guionista David Goyer enfocan su acercamiento al hombre murciélago. Los años 30 en EE.UU. fueron especiales porque el país sufría las consecuencias de una fuerte depresión económica y miraba de reojo al auge del fascismo al otro lado del Atlántico. En 1939 la Gran Depresión estaba casi superada pero el aumento de los extremismos era una inquietante sombra sobre el futuro. Y surgieron los justicieros, justicieros de comic-book que arreglaban los problemas por la vía rápida dando una satisfacción vicaria a los adolescentes que devoraban estas publicaciones.

Estamos en plena Era Industrial, el culmen del maquinismo, la producción en cadena, las grandes fábricas de acero, el tren y los rascacielos Art Decó. Batman Begins refleja todo esto como un contexto para entender porqué nace este héroe enmascarado. La película y los posters promocionales están fotografiados con un color marrón terroso que recuerda al oxido del hierro: Metafóricamente, la era industrial ha producido graves problemas a la humanidad, crisis, suciedad y corrupción. Y ante esta situación crítica la solución es alguien que imparta justicia sin compasión desde las alturas: Batman.

Bruce Wayne es un hijo de esta era industrial, ya que su padre es una acaudalado empresario capitalista que domina gran parte de los los negocios de Gotham. Pero es la versión positiva de la burguesía capitalista, un hombre responsable que intenta ayudar a su comunidad con proyectos como el del tren elevado, reflejo del ‘New Deal’ Rooseveltiano ante la Gran Depresión. La muerte de este ideal en un sórdido callejón en la trasera de la Ópera de Gotham planta la semilla de la implacable justicia oscura del héroe de la función, y ofrece el tono de nostalgia del lado luminoso de la era industrial que tiene la obra.

Christian Bale es el protagonista absoluto de este largometraje (a pesar de los excelentes y conocidos actores de los que se rodea) e interpreta a un Bruce Wayne lleno de inteligencia y carisma, con una ira interior a la que solo sabe dar salida cuando se disfraza de murciélago. Su interpretación es sobria, seria, alejada de ironías autoconscientes postmodernas. La corrupción de Gotham, la degeneración, la desidia, el arrinconamiento de las personas con principios por mantener sus ideales (los personajes interpretados por Morgan Freeman y Gary Oldman) son problemas serios. Algunos se echarán atrás al ver que ante estos temas de gran calado la solución sea que alguien se vista de murciélago y luche contra los malos con gadgets tecnológicos variopintos, pero no creo que esta visión este correctamente enfocada, ya que la metáfora funciona dentro del contexto en el que nace: la cultura popular, el comic industrial y los héroes pulp.

El caso es que el enfoque realista del film (alejado del subjetivismo kafkiano de Burton y el barroquismo postmoderno de Schumacher), aplicado a este contexto superheroico juvenil desde donde nace el personaje, era el mayor reto al que se enfrentaba el director de esta película. Y a fe mía que Nolan lo supera. Se aprecia el choque de voluntades de los personajes, la lucha de poder; el enfrentamiento entre Batman y los tres villanos de la función lo refleja. Los tres representan diferentes niveles de problemas a los que se enfrenta Batman: Falcone es el gángster de los bajos fondos, el reflejo realista y terrenal de un ‘malo’. El espantapájaros es el villano típicamente superheroico, el carismático ‘malo de la semana’ que ofrece entretenidos fuegos artificiales que hacen las delicias de los adolescentes lectores de comics. Y Ra's Al Ghul, es la némesis mítica, parte fundamental en el origen del mito del héroe. Batman lucha con ferocidad contra ellos, los odia tanto como ellos a él.

Pero Bruce/Batman es tan cercano a sus enemigos en su dualidad esquizofrénica que la sutilidad de los grises entre buenos y malos hace su aparición cuando Batman rescata a su pareja y la traslada a su guarida. Esa espectacular persecución por la autopista nos hace ver que Batman no es tan altruista como parece que los ideales heredados de su padre nos pueda hacer pensar. Batman destroza mobiliario urbano y pone en peligro la seguridad de los ciudadanos para salvar a su pareja romántica. Algo egoísta sí que es, aunque su acción pueda ser de algún modo justificable (si, como parece probable, la secuela de Batman Begins se lleva a cabo, la posible presencia del Joker podría ofrecernos una interesante evolución en la percepción de Batman como un héroe con más parte de villano de lo que a él le gustaría reconocer, un enfoque que se da en algunos de los mejores comics que se han escrito sobre él. Crucemos los dedos).

En definitiva, Christopher Nolan nos ofrece con esta película una potente reinterpretación del mito de Batman, desde un enfoque formal realista pero sin salirse del contexto del género superheroico; con buenas interpretaciones, buen diseño de producción y un guión denso pero ágil. Muy recomendable.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con todo lo que dices en tu post. Animo con el blog y suerte. Un saludo

Chejonte dijo...

Gracias por el apoyo mpmx. Saludos.

Chacal dijo...

Saludos, que sepas que me gusta tu blog y pasa a estar incluido en los favoritos del mio.

Anónimo dijo...

Gran reseña de la película. Un placer leer a alguien que sabe de lo que habla.