2 de julio de 2005

Cine clásico: Vértigo



Elegir una entre los cientos de miles de películas que se han producido desde que los Lumiere exhibieran su juguetito es un ejercicio divertido pero algo reduccionista. Aún así, casi siempre que me planteo estas cuestiones bizantinas pienso en Vértigo , de Alfred Hitchcock.

Vértigo lo tiene todo: la fotografía, la dirección artística, la sublime música de Bernard Herrmann... Lo primero a destacar es que viéndola no puedes por menos que enamorarte de una ciudad como San Francisco. Fascinante cómo retrata el maestro el Golden Gate, la Legión de honor, las calles empinadas, las iglesias, los restos coloniales...

Los actores está perfectos. James Stewart hace de típico americano taciturno que de repente se enamora, pero luego resulta que no es tan típico y tiene un fondo oscurísimo. Kim Novak, por su parte hace una sutil recreación de dos personajes; bueno, de tres si me apuráis. Una labor titánica de la que sale bien parada.

El argumento es de lo más sencillo y rutinario, pero por debajo de él se intuye una auténtica tragedia llena de miedos, obsesiones, puertas y espejos. Una lucha de poder y amor. De vida, identidad y muerte. De rojo, verde, mar, árboles, cementerios, escaleras, fantasmas, librerias, rosas, campanarios, cuadros, ojos y espirales. Una película romántica pero con rasgos innovadores, yendo más allá del final feliz, mucho más alla. Un raro caso en el que se entrelazan perfectamente clasicismo y modernidad, emoción con intelectualidad; siendo a la vez una historia íntima y personal pero también arquetípica y universal.

Y después de todo esto, de fascinarte primero cuando no sabes nada de ella y la ves siendo un niño. De desentrañar años más tarde su argumento e ir conociendo la obra y el contexto de su autor, después de esto, digo, empiezas a leer estudios en profundidad. Lees los cientos de interpretaciones, simbolismos, mitología, análisis hermeneúticos, literarios, histórico-artísticos... desde todas las perspectivas, desde todos los ángulos. Llegado ese momento, se te va la olla cual Quijote... Es una infinita obra de arte, de la que, no dudéis, escribiré más de una vez en Fábrica de sueños.

La edición española en DVD no debe ser muy difícil de encontrar y no creo que su precio supere los 11 euros. Una compra imprescindible, aunque la edición sea algo polémica debido al formato de pantalla, diferente al de su exhibición cinematográfica original.

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